Los peligros de ver “Españoles por el Mundo” y el postureo de las fotos de Instagram
“El Mundo es de los aventureros”, “Sal de tu zona de confort”, “Si ellos lo hacen… Yo también puedo” “Solo se vive una vez”… Creo que podría seguir así un buen rato. Frases motivacionales hay unas cuantas, y la verdad es que son absolutamente necesarias e incluso importantes para no acomodarnos en la vida, porque se trata de eso: Evolucionar.
Ahora vayamos al otro lado del péndulo: En la vida hay que lanzarse, pero con paracaídas mucho mejor. Y eso es lo que tiene venirse a vivir a Dubai: Armarse de mucho valor, recoger documentación que nunca te habrías planteado en España, muchos sellos, mucha paciencia, e irse a vivir a un país que está en medio del desierto. Mi consejo: Prepárate.
Habrá gente que no entenderá lo de los sellos y la documentación. Es fácil, si vienes como turista necesitarás solo tu pasaporte, pero tendrás noventa días para buscarte algo. Por otro lado si vienes “esponsorizado” (como fue mi caso), has de reunir bastante documentación, porque todo debe pasar el filtro de embajadas, ministerios y demás organismos oficiales.
Pero puedes coger tu pasaporte y venirte ¿No lo hicieron nuestros padres? La gente lo llama ir a la “aventura”, yo lo llamo “fundirte” los ahorros. Eso… O coges lo primero que se te presenta, porque no digo que conseguir un trabajo sea imposible, pero sí que es complicado, tanto o más que en España.
Mi caso es diferente. Tenía unos ahorros y a mi esposa le surgió la posibilidad de trabajar aquí. Entiendo que estaba en una situación privilegiada. Porque tenía algo que vale mucho en este país: Tiempo para buscar sin agobios.
Una vez aterrizas, ves el Burj Khalifa, haces un poco el “güiri” y pagas unas cervezas a precio de Möet, te pones manos a la obra. La primera pregunta es ¿Cómo?
Te das cuenta que este país -en tema de trabajo- está muy segmentado y hay unas determinadas nacionalidades que destacan en trabajos concretos: Pakistaníes para obras, taxistas, etc… Filipinos como dependientes o servicios, etc. No quiero decir que no haya de otras nacionalidades, pero es lo que predomina. Lógicamente, luego te enteras que tienen unos sueldos que no son ni por asomo los de España. Para entendernos, si eres encofrador, yesero o un “manitas” de la construcción y vienes aquí en busca de trabajo, te vas a morir de la risa. Seguramente podrás encontrar algo rápido, pero igual cobras al cambio unos doscientos o trescientos euros.
Visto esto, los trabajos genéricos son desempeñados por personas poco cualificadas de nacionalidades concretas. El “secreto” (si es que lo hay) es la especialización, al que has de unir el idioma.
En mi trabajo (que tampoco viene al caso) soy un especialista con curriculum. Me vine arriba y pensé: Fácil… Pues va a ser que no.
Lo primero fueron las recomendaciones, de todo lo que pensé “a priori” no salió ni una. Pero aquí hasta cierto punto es lógico, este país cambia mucho y también sus trabajadores, por lo que tuve que ver a donde dirigía mi búsqueda.
No me corté un pelo, le pregunté al “Sr. Google”, me armé de paciencia e hice de la búsqueda de empleo mi “trabajo”. Mi esposa se iba por la mañana, y yo estaba sentado delante del ordenador, volvía diez o doce horas más tarde… Y allí estaba yo, con los ojos rojos después de haber estado todo el día delante del monitor.
Moral no me faltaba: Unos quinientos emails enviados. Tenía que enviar un máximo de entre quince y veinte emails diarios, porque si no me catalogaban de “spam”. ¿Resultado? Poco feedback: diez respuestas, de las cuales muchas dicen “Te tendremos en cuenta y estas en nuestra base de datos”, además de una entrevista muy alentadora que tampoco sirvió de mucho. Para los amantes de la estadística es un 0,02% en un mes y medio de trabajo muy intenso.
¿Estaba haciendo algo mal? ¿Mi perfil era malo? No. Es así. Punto. Pero eso lo entiendes a “posteriori”, porque en ese momento solo ves que no hay manera. Entonces ¿Qué hacer? Si volvía a hacer lo mismo tendría el mismo resultado, tenía que “ajustar” y mejorar la búsqueda. Muchos emails eran info@xxxx.com, había que contactar con la persona responsable: Llamar y concretar, no había otra opción, pero has de armarte de paciencia, además tener un fijo que puedas llamar sin arruinarte y sobre todo una actitud de acero inoxidable. Conseguí más emails y alguna entrevista, y finalmente después de -cuatro meses más- puede concretar un trabajo para la temporada de después de verano (otros cuatro meses más tarde). Total: Diez meses inactivo, que traducido a dinero en este país es una pasta importante.
¿Mereció la pena? Por supuesto que sí. Pero yo no tenía noventa días. ESA es la cuestión. La aventura es muy compleja. Tres meses de búsqueda de trabajo con un visado de turista es muy poco, y una vez acabado o vuelves a España, o -en el mejor de los casos-, coges lo primero que aparece (si es que aparece). También has de añadir que el ritmo de vida no es el mismo que en España. Entonces ¿Es fácil o difícil? Después de haber pasado todo esto todavía no lo sé, y creo honestamente que nadie lo puede decir. Es caso o caso. Pero para la gente que ha estado una temporada sin trabajar, has de tener, además de fortaleza, alguien que te apoye y pondere la situación. Yo tuve la suerte de tener a mi esposa, porque si no, es muy fácil venirse abajo y ver todo de color gris.
Otra cosa a tener muy presente es “No hacer la cuenta de la vieja”. Aquí no funciona. Mejor dicho, funciona de otra manera. Un ejemplo. Si ganas 9000 AED (un poco más de 2000€), y que en España es una pasta, aquí es un sueldo justito para el nivel de vida de Dubai. Habrá gente que piense lo contrario, pero lo cierto es que no te permite grandes excesos. Tampoco va a ser fácil recuperar tus ahorros, porque por mucho que pienses que tu situación es provisional, has de vivir, montar tu “hogar”, pagar facturas, etc. Yo todavía no he podido recuperarme.
Pero claro, todo esto no aparece en las fotos de Instagram, ni en “Españoles por el Mundo”. Para mucha gente eres un vividor. Yo he optado cuando me preguntan por este tema decir: ¿Esto? Fantástico. ¿Fácil? Vaya, facilísimo. ¿Paleta? Sin problema… Que aquí se construye mucho. Porque cuando explico la realidad, nadie se la cree. Aunque en el fondo es como todo en la vida, una cuestión de fe o de creerse lo que uno quiere, porque por mucho que uno lo explique, solo queda en la retina el documental de TV y las fotos de las redes sociales. Pues nada… A posturear.
A.A.